ARSENAL CAMPEON por Leandro Guillén

Rareza, si las hay. Ni aquel Independiente arrollador de principio de torneo, que amagaba con quedarse, al menos, con un subcampeonato, ni este Racing conflictuado por los malos resultados y el aquelarre de Técnicos que desfilan como por una "Passarella". Nadie llegó tan alto. Aquí el que festeja es otro.
El rojo construye su estadio, se deleita con los goles de Sergio Agüero en el exterior y disfruta de un presente bastante alentador a pesar de la sequía. La Academia llena la cancha de visitante y de local, baila el vals del gerenciamiento que fluctúa entre el bien y el mal y se complica, a pesar de las ofertas de promociones, para llegar a fin de mes. Aquí los que festejan son otros.
Banfield y "su 70% del sur", Lanús y su primer campeonato oficial. Nada de esto vale tanto hoy. Arsenal se va para Japón. Y no, ocurrentes, no va a hacer turismo en la isla del Pacífico. Pacífico más bien resulta su presente. A fuerza de goles en condición de visita, aliento al por mayor en este último tramo de la competición sudamericana y el orden táctico preponderante en la mente del cuerpo técnico, este humilde del sur del conurbano que cuenta con 50 años de vida, está para cosas grandes. Sin repetir y soplando bien fuerte: los que festejan son otros.
Atrás quedaron la B Metropolitana, La B Nacional, y los clásicos con Quilmes y Dock Sud. No se confundan, este equipo tiene un gran presente y un mejor "Porvenir". Pero ni el más astuto juego de palabras ni el más positivista de los augurios podía sugerir tal cosa en tan poco tiempo. Es cierto que es el equipo de "Papá Julio", pero también resulta simétricamente verídico que el esfuerzo y la tosudez física, teórica y práctica, al fin y al cabo dieron sus frutos. ¡Y no me vengan a decir que los que festejan son otros!, porque aquí está el campeón, aquí está el Arsenal de Sarandí.

Leandro Guillén